Estamos ante la nueva creación de Miguel Valverde en la cual exalta los valores de la Medicina Moderna. Sobre un sustrato pétreo que es el conocimiento ancestral se sustenta el gran libro del saber, del cual emanan las figuras de médicos actuales interviniendo quirúrgicamente a un paciente que representa a la humanidad doliente, pero de sus entrañas brota la luz de la ciencia que se esparce en un mar neuronal en el cual flotan figuras anatómicas que representan los avances en el conocimiento de la maquinaria humana, estos avances permiten derrotar, aunque sea temporalmente, a la muerte, que como esqueleto yace vencida a sus pies, del craneo de esta alegoría surgen otros cráneos que son devorados por la serpiente que es la sapiencia, cuyas escamas se transforman en semillas conductoras de una nueva vida que se manifiesta en elementos vegetales, señalados por un caduceo como generadores de drogas que combaten la enfermedad. El ciclo se cierra con la mujer que da a luz una nueva vida.
Estamos ante la que hasta ahora es la mejor pintura mural del autor, cuya trayectoria sigue siendo ascendente y va demostrando cada vez más madurez pictórica y dominio del concepto, el dibujo y el color. Precisamente merece mención aparte el valeroso tratamiento cromático del color rojo, color de la vida, de la sangre, plasmado en todas sus gamas contrapuesto al frío azul de las batas de los médicos que nos recuerda que ellos se guían por una rigurosa frialdad intelectual, si bien matizada por toques de humanidad. Las tonalidades verdes, antagónicas del rojo, no sólo representan los elementos de la naturaleza, sino que, por contraste, dan luminosidad y fuerza a los rojos encendiéndolos de luz. El audaz y bien logrado escorzo del esqueleto, nos permite apreciar la maestría alcanzada en el dibujo por el autor.
Catedrático de la UACH: José Pérez Delgado