Dos colosos nos miran frente a frente, son dos figuras humanas, un hombre y una mujer. Despojados del revestimiento de su piel nos revelan la perfección de la humana arquitectura, así desnudos representan a la vez a la humanidad doliente por las enfermedades que le aquejan y al mismo tiempo a la ciencia ancestral médica en cuyo estudio y praxis ésta ha puesto su esperanza con el fin de erradicar ese dolor y esa enfermedad al tiempo que busca prolongar su vida y su bienestar. Esta ciencia, la Medicina, se representa como desde antaño, en el símbolo de una serpiente que recorre uno de los paneles donde se encuentra una de las figuras. Ambos colosos parecen surgir, como la vida misma, de las entrañas de la tierra que los sustenta y que les ofrece las substancias curativas que de ella brotan ya sean del reino mineral o biológico. Son figuras emblemáticas que guiarán a generaciones de jóvenes a adentrarse en el conocimiento de las Ciencias Médicas. Su colosal tamaño y ubicación, permiten su visión desde múltiples niveles logrando diferentes lecturas desde cada ángulo visual. Es significativo el hecho de que las figuras de los colosos representen tanto el cuerpo de un varón como el de una mujer. El Maestro Miguel Valverde Castillo se vale de una paleta cromática audaz para adentrarnos en los misterios de la vida representado en la cadena de ADN que sostiene la figura femenina, como dadora de vida, mientras que el coloso masculino representa la salud, el rejuvenecimiento el orden molecular y la fuerza.
Los colores intensos y las figuras definidas pueden contemplarse desde los variados niveles del recibidor. Los murales, orientados al norte definieron por su iluminación la gama cromática empleada para su ejecución.
Con estos murales la sociedad de Hidalgo del Parral celebra el hecho de contar con la extensión de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua que se suma al esfuerzo y la pujanza de sus componentes.
José Pérez Delgado.
Catedrático de Historia del Arte
Facultad de Artes UACh.